La Onicofagia o el hábito compulsivo de morderse las uñas, es un problema que aunque suele ser más frecuente en niños y adolescentes, puede llegar a afectar a toda la población. Este hábito, más allá de ser un problema meramente estético, puede desencadenar problemas bucodentales más graves.

Hay muchas personas que comienzan desarrollando onicofagia desde la infancia, perdurando en el tiempo hasta que son mayores. No obstante, hoy en día hay muchas pacientes que comienzan a manifestar este problema en su edad adulta, provocado por acontecimientos en los que experimentaron altos niveles de ansiedad o estrés.

Cómo afecta la onicofagia a tu salud dental

Además de problemas estéticos o malformaciones en los dedos, morderse las uñas puede producir una reducción de nuestra salud dental.

Desgaste dental

La fricción o el choque prolongado de nuestras uñas con los dientes, puede producir desgaste, fisuras e incluso pequeñas fracturas.

Alteraciones en la mandíbula

La mandíbula también puede verse dañada por este hábito, produciendo dolores musculares o articulares. Además favorece que los dientes se muevan y producir maloclusión dental (mal contacto entre los dientes superiores e inferiores).

Bruxismo

Este concepto puede que no te suene, ¿pero si te hablamos de rechinar los dientes? Morderse las uñas puede asociarse con este otro hábito por el sobreestímulo que supone. Este trastorno puede provocar, además del desgaste de nuestros dientes; dolores de cabeza, mandibulares y en ocasiones, dificultad para masticar ciertos alimentos.

¿Se puede poner fin a este problema? Cómo dejar de mordernos las uñas

Sabemos que deshacerse de este hábito puede ser complicado, sobre todo si es algo que se ha hecho durante muchos años. No obstante, muchas personas han conseguido dejar de morderse las uñas, ¿por qué no ibas a ser tú una de ellas? Existen varias formas de empezar a dejarnos de morder nuestras uñas y empezar a proteger nuestra salud bucodental:
Cortar y pintar las uñas puede ser una opción bastante rápida para intentar atajar este problema. Al ver nuestras uñas cortas, será más difícil morderlas y además, si están pintadas puede darnos más reparo.
● Otra opción podría ser utilizar uñas postizas. Así, nuestra uña natural irá creciendo por debajo de la uña postiza y nosotros no podremos morderlas de ninguna manera.
● Existen en farmacia líquidos para cutículas o esmaltes con mal sabor, y sirva de disuasión.
● Si nada de esto funciona, una buena solución sería buscar la raíz del problema. Investigar y pensar en qué ocasiones nos mordemos más las uñas y por qué lo podemos estar haciendo, ya que está muy relacionado con la ansiedad.

Si sufres onicofagia, en Clínica Bugella y Rubio examinaremos tu boca para detectar si se están sufriendo daños y asesorarte para eliminar este hábito y evitar que tu salud bucodental peligre.