Practicar deportes es una excelente manera para que tus hijos hagan ejercicio y socialicen con sus compañeros. Por muy divertido que pueda ser un nuevo deporte para tu hijo, los atletas jóvenes corren un mayor riesgo de sufrir lesiones relacionadas con el deporte. Con la llegada de las vacaciones de verano, es importante proteger los dientes de tu hijo mientras practica deportes, no solo deportes de contacto intenso. El coste general de reparar un diente perdido puede ser más caro que la prevención.
A continuación te explicamos algunas formas en que puedes proteger los dientes de tu hijo durante los deportes.
Usa casco
Las lesiones en la cancha o el campo se pueden prevenir usando un casco. Los cascos protegen algo más que la cabeza de un niño, especialmente uno que tiene protector facial. Puede evitar que tu hijo se rompa o pierda un diente por completo. Un protector facial también puede evitar daños a los delicados huesos alrededor de los ojos, la nariz e incluso la mandíbula. Los discos de hockey, las pelotas de baloncesto y las pelotas de tenis pueden causar daños faciales graves a cualquier edad.
Incluso los cascos sin protección facial adicional pueden disminuir el impacto físico, lo que normalmente haría que los niños muerdan con tanta fuerza que se rompan los dientes.
Protectores bucales
Es posible que los niños que practican deportes como el boxeo o el fútbol necesiten usar otras formas de protección facial, como protectores bucales. Sin embargo, a diferencia del fútbol, el béisbol… no todos los deportes requieren un protector bucal, en cuyo caso un niño sería más propenso a sufrir accidentes o lesiones.
Según varios estudios un niño tiene 60 veces más probabilidades de sufrir una lesión deportiva sin protector bucal. Sin embargo, el 67% de los padres admitieron que sus hijos no usan protector bucal durante los deportes organizados.
Si bien el equipo deportivo puede ser caro, los protectores bucales siguen siendo un equipo de protección asequible que evita que un niño pierda o se rompa un diente. Los padres pueden encontrarlos en las tiendas de deportes locales, donde normalmente vienen en talla única. Es posible que los protectores bucales que no tengan este sello no cumplan con los estándares de la profesión dental para proteger los dientes y los labios. Los dentistas suelen recomendar un protector bucal personalizado, que protegerá mejor a tu hijo y sigue siendo mucho menos caro que la alternativa: un diente de repuesto.
Reglas y riesgos
Más allá de la protección, fomenta el juego seguro para evitar posibles lesiones y enfatiza el buen espíritu deportivo para evitar cualquier juego agresivo que pueda provocar lesiones. Nada previene tanto las lesiones deportivas como conocer las normas y los riesgos que pueden surgir. Enséñale a tu hijo lo que podría suceder y los escenarios en los que podrían ocurrir lesiones para que siga jugando su mejor juego.
En lo que respecta al medio ambiente, puede marcar la diferencia en cuanto a riesgos y golpes, hematomas y dientes caídos durante el juego. En última instancia, cuidar bien los dientes de tu hijo evitará que se astillen o rompan.
¿Qué hago si se me sale un diente?
En primer lugar, mantenga a tu hijo tranquilo y no permita que entre en pánico. La reacción inmediata de los padres puede ser volver a implantar el diente, pero eso puede provocar una infección, especialmente si está sucio. Sostén el diente por la corona, no por la raíz, y comienza a enjuagarlo. Luego, mantenlo contenido en agua, leche o saliva, o puedes guardarlo entre el labio inferior y la encía, hasta que puedas acudir al dentista. Mientras mantiene el diente húmedo, controle el sangrado en la boca de su hijo presionando ligeramente con una compresa fría. Llama a un dentista de inmediato y lleve a tu hijo a recibir atención dental de emergencia después del incidente.
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